Si tenemos en cuenta que te bauticé como Diario de unas vacaciones, siento decirte que mis vacaciones, querido diario, van tocando a su fin. Habrá que pensar algo para mantenerte con vida en este ciberespacio y poder seguir manteniendo contigo estos soliloquios que, aunque no lo creas, tan bien me están haciendo. Pero, como titulaba en mi anterior post, aún quedan días de verano(vaya calor) y, en mi caso, día de vacaciones, al menos, hasta el lunes.Ayer me corté el pelo. Ya tenía ganas y es una sensasión que experimento cada vez que no sé que hacer o que mis pelos, peinados o no, no hacen nada con mi físico, sobre todo, para bien. Aprovechando una visita de mi marido a la capital(Sevilla) por motivos laborales, lo acompañé y decidí pasarme por la peluquería en la que me han cortado el pelo durante los más de tres años que me he llevado viviendo en pleno centro de Sevilla. ¿Que no te había hablado antes de mi Antonio? Antonio es el peluquero de Lebrón junto al Arco del Postigo y la persona que desde la primera vez que puse mis pies allí dentro me cogió el punto con el pelo. Aunque tengo que reconocer que no sólo me gustan sus manos con la tijera en mi cabeza, sino que el chico tampoco está mal. Ese aspecto moreno a lo Casablanca, y no me refiero a la película, sino a sus rasgos morunos, siempre me han puesto perraca(una expresión que parece hacerle gracia a Carmen Lomana). Además, el muchacho es un encanto, tímido, pero muy simpático, quizás alejado del peluquero loquita o del barbero demasiado estrogenado. Total, que me ha dejado guapísimo y listo para afrontar la nueva temporada periodística que inicio el lunes, yo como Ana Rosa, pero en Dos Hermanas.
Como la cita de mi marido daba para mucho, me pasé por Soloptical y me compré unas gafas de sol, dos en concreto, ya que las últimas, que se la había mangado a mi hermana, se rompieron hace poco. Con este solano y sin gafas no se puede andar por la calle. El hecho de que me comprara dos gafas no tiene nada que ver al hecho de que a mí siempre me dieran las cosas, como los petit suise, de dos en dos. Este capricho responde a una oferta por la que me podía traer dos gafas por 40 euros, cuando una te costaban 30 euros. Pero te hablo de unas gafas polarizadas y anti reflejos, que no sabía muy bien de que iba, pero se ven estupendamente con ellas.
Por cierto, mi faceta literaria sigue adelante, algo que, siendo aún verano y estando de vacaciones,no veo mérito alguno.La prueba de fuego, querido diario, llegará el lunes 30, cuando me sumerja de lleno en la marea continua de mi trabajo y el ciclo comience a rodar y a no parar, y no vea el momento de ponerme delante de ti, del pc, y escribir algunas líneas. Yo confío que sí, porque, como ya te dije, hacía tiempo que no me veía tan ilusionado con una historia y, lo que es más importante o significativo para mí, que escribo, que me salen las palabras y no me quedo estancado pensando qué escribir, sino que las letras y las ideas, las historias fluyen y me gusta.
A los sones de Kiko Veneno, muy propios para una nueva mañana de calima veraniega en Sevilla, en la que el cantautor habla de no se qué de las rotondas, te voy a ir dejando, ya que mi marido esta en plena crisis de qué hago conmigo al ver que Sevici(el servicio de alquiler de bicis) no le ha renovado su contrato por problemas con el banco y está intentando solucionarlo, ya que es su método de transporte entre la estación de tren y su trabajo.
Por cierto, mañana empieza la Vuelta Ciclista a España y lo hace en Sevilla. No lo digo por mi afición a las dos ruedas, sino porque la ciudad, aunque supongan beneficios para sus arcas, se va a ver paralizada por esta contrareloj nocturna y los accesos a la capital van a estar bastante complicados hasta el domingo. A mí en si no es que me afecte, porque ya no vivo en el centro de la ciudad, pero en el caso de que tuviese que recoger a mi marido porque saliese a una hora más intempestiva, no sé como lo hubiese hecho... Creo que ya ha solucionado el problema, "creo" ha dicho. Ahora se irá a la pelu, que él también quiere cortarse el pelo y yo haré tiempo en casa, mientras se cuece la ensaladilla para el almuerzo y luego tiraré para el gym.
Ah, se me olvidaba, dentro del ciclo de cine gay que he iniciado en las últimas semanas(sí, ya sé que a los gays nos encanta mirarnos nuestro ombligo o, quizás, sentirnos reflejados en los personajes que vemos en la gran pantalla) ayer vi, tras un leve rifirafe sentimental, Patrick 1.5. Una peli sueca en la que a un matrimonio gay lo consideran aptos para la adopción. Cuando creen que le van a mandar un bebe de año y medio, se presenta en su casa un adolescente de 15, con un antecedente bastante delictivo. Lo que parece una equivocación cambiará en 180 grados la vida de este aparentemente feliz matrimonio en una urbanización en la que se sigue mirando con recelos a una pareja de hombres que vive juntos y que quiere adoptar un niño. Muy recomendable, de manual, como yo digo, para seguir trabajando por la igualdad y luchando contra la discriminación.
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