Buenos días, esta mañana me he sorprendido buscando en Internet "pasos para escribir una novela". No sé si te lo he contado alguna vez, pero una de mis grandes ilusiones es la de escribir y no me refiero a lo que ya hago durante todo el año, es decir, noticias, sino escribir ficción, novelas o relatos. En mi juventud o, mejor dicho, en mi adolescencia, ya que aún soy joven, hice mis primeros pinitos con la ayuda primero de una máquina de escribir eléctrica y luego con la adquisición de mi primer ordenador. Historias que deben andar por ahí, en casa de mis padres, ya que las imprimía con mi impresora y luego las encuadernaba. Historias, las primeras, influenciadas por mi pasión por las telenovelas y luego por otra pasión que comenzaba a aflorar en mí, cada vez con más fuerza, como son los hombres y el universo homosexual en el que comenzaba a inmiscuirme. De aquella época, si me apuran, sólo rescato o me siento orgulloso de dos escritos, dos relatos, concretamente, de los que uno de ellos está inspirado en un documental que vi mientras estudiaba la carrera de periodismo sobre los reality.Luego, la verdad, o se me fue la inspiración o se me durmió la musa de la creatividad porque he iniciado historias, algunas con muy buena pinta, que no han llegado a un buen puerto. A veces achaco este amuermamiento literario a mi profesión o a mi obligacion de tener que escribir casi a diario por mis labores periodísticas que me quitan las ganas, una vez en casa, de ponerme de nuevo a escribir aunque sea dar ruenda suelta a mi mundo interior. Pero siempre tengo ahí ese gusanillo que espero algún día poder alimentar y poder, a su vez, contarte que he iniciado alguna historia y lo más importante, que la he concluido.
Ayer terminé de leer Atajo al paraíso, la segunda novela de la catalana Teresa Solana que me ha tenido entretenido durante casi tres días. Una novelita policiaca de ataque al mundo de la literatura en el que me gustaría entrar y que se resuelve de una manera más liviana a la que se espera que se solucione una novela de esta índole cuando te está engachando. Es como si dijéramos mentalmente: ¿¡Ya está?!. Solana va a dar paso en el tiempo a la lectura de El color prohibido de Yukio Mishima, un libro con protagonistas homosexuales. ¿Por qué a los gays nos gusta leer tanto o ver cine en el que sentirnos reflejados o identificados?
Ayer cuando llegué a casa me encontré con mi gozo en un pozo. A pesar de venir en el coche soñando con meterme en mi casa y pasar todo el día refrescado bajo mi aire acondicionado, resulta que el aire no enfría y estamos hablando de un aire con apenas dos meses de vida y que esta es la segunda ocasión en la que le pasa. Es para sentirse mosqueado o con la mosca detrás de la oreja. Este tipo de contrariedades son las que me descolocan y me hacen vagar sin rumbo y con el gusanillo en el estómago hasta que no se haye resuelto el problema. Algo que a fecha de hoy, día 11 de agosto a las 10:00 horas aún no se ha resuelto.
Este incidente ha provocado que estrenemos esta noche el sofá cama en su función segunda, la de cama. Debido al fresco, nada del otro mundo,pero fresco, que entraba por el balcón, optamos por abrir el sofá y dormir allí. Aunque vivimos en una plaza peatonal la iluminación es de estilo kinki-aljarafeño de acampada y se ha colado bastante por la terraza, pero, a pesar de eso, hemos dormido bien y el sol tempranero de la mañana nos ha despertado cuando el reloj aún no había marcado las 8:00.
Hoy tenemos almuerzo fuera de casa con una amiga o amigos, que aún no tengo confirmado los asistentes. Espero que el técnico venga a lo largo de la mañana, ya que no imagino una jornada más sin mi tan anhelado aire acondicionado. Por si acaso, le voy a dar un toque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario