domingo, 1 de agosto de 2010

Día 18(Hay un amigo en mi)

Hoy comienza, querido diario, el mes de agosto. Aunque para muchos es noviembre el mes más feo del calendario, yo creo que agosto es el mes que si no estás tirado en una playita, piña colada en una mano y maromo en la otra, puede resular de lo más triste y desolador. Lo digo con conocimiento de causa, tras vivir cuatro veranos en el centro de Sevilla y ver como desaparecía la actividad en este mes y como las calles se quedaban solas como un poblado de western abandonado.
Ayer vi en cine Toy Story 3. Debo reconocer que no había visto antes ni la uno ni la dos, aunque conocía de que iba la historia y a pesar de este detalle creo que disfruté como no lo había hecho antes con una película de animación desde el Rey León o Shreck 1. ¿Se puede hacer mejor una película de animación y, además, contar una buena historia y transmitir multitud de mensajes entriquecedores para niños y mayores? No lo creo. Toy Story 3, para mi gusto, es una joyita de la animación que me ha animado a ver las dos cintas predecesoras. La película ha sabido evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, basando su argumento en lo que puede llegar a sentir un juguete cuando su amo se hace mayor y comienzan a interesarle otro tipo de entretenimientos. La película está llena de guiños o momentos maravillosos, para mi gusto, por ejemplo, los vividos entre Barbie y su arrogante y presumido novio,Ken, o la cara oculta, jamás imaginada, que puede tener un tierno oso amoroso con olor a fresa. En definitiva,una sucesión de disparatadas situaciones que te hacen pasar un rato inolvidable en la butaca de cine.
Toy Story 3 fue la protagonista de una tarde-noche de sábado en la que volví a la normalidad tras mi vuelta de vacaciones.Previamente, por la mañana, tras retomar mis desayunos en la terraza, volví al gimnasio, aunque esta actividad no la había abandonado del todo en Fuerteventura, al acudir en alguna ocasión al gym del hotel. Necesito retomar la actividad física, ya que tras una semana desayunando,almorzando y cenando en un buffet lleno de exquisiteses gastronómicas me han hecho volver con algunos kilitos de más en mi recién recuperada figura. Pero siempre hay tiempo para perder lo perdido, sobre todo si el el sacrificio ha merecido la pena y hemos disfrutado como niños, mañana, tarde y noche, comiendo como dos limas sordas(qué exagerado soy).
Y para concluir la jornada sabatina, una copita en la Alameda, que se recuperaba poco a poco de los calores estivales de la última tarde del mes de julio y en cuyo ambiente, a media noche, aún flotaba parte del bochorno que se había apoderado de la ciudad durante el día. Por ello nada mejor que combatirlo con un batido de helado de chocolate con nata, ya que el tinto de verano que se tomó mi marido no es apto para un conductor que tenía que conducir de vuelta a casa y que posteriormente se toparía con dos controles de alcoholemia en menos de cinco minuto. Previamente nos pasamos por el río(La Chata) donde unos amigos estaban de botellona para festejar la marcha de Cinesa(la empresa de mi marido) de la Wini(Elisa), una amiga. No es que se alegren de su marcha porque así se la quitan de encima, sino que cualquier excusa es buena para echar un buen rato con los amigos cuando la noche comienza a refrescar, regalándonos los mejores momentos, meteorológicamente hablando del día, y lo que menos apetece es meterte en tu casa. Además, así pudimos conocer a Adam,el novio polaco de nuestro amigo Juanmanué, de vacaciones en Sevilla, divertirnos con los momentos Wini o deleitarnos con los ojazos de la Topi(Ángela), el modelito circense de la Pirri(Miriam) o lo estupefactos que estaban los amigos Erasmus de Juanmanué ante la peculiaridad del grupo. Y es que somos todos unas chicas Almodóvar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario