domingo, 28 de agosto de 2011

Esto se acaba

Domingo 28 de agosto, último día de vacaciones. Esto se acaba y no quería dejar pasar el último día de mis vacaciones para cerrar, como debe ser, este blog que durante mi periodo de descanso ha sido el hilo conductor entre nosotros. Sí, lo sé, que en las últimas semanas el hilo ha estado un poco descolgado y comunicando, pero soy de la opinión de que las cosas hay que hacerla con ganas y si en estas semanas no he escrito demasiado es porque, quizás, no tenía ganas de hacerlo.
Terminan unas vacaciones de las que no me puedo quejar en duración y contenido, ya que he descansado, comitido principal de las mismas, he viajado y disfrutado de la playa. Vamos, lo que se suele hacer en unas vacaciones de verano.
Si algo ha marcado la última parte de mis vacaciones eso ha sido mi viaje a Marsella de una semana. Por primera vez en mi vida salía de las fronteras españolas en un viaje y por primera vez visitaba el país vecino, Francia, y no lo hacía para ir a París, destino estrella de muchos. No, lo hacía para pasar siete días en la ciudad más antigua de Francia y la segunda más grandes del país galo. Estoy hablando, como ya sabeis, de Marsella. Una ciudad para ir descubriendo poco a poco, como la definí durante mi estancia en ella, así como la ciudad de las múltiples vistas. Mi marido le ha dado un 7 a la ciudad, calificación que comparto. Marsella es una ciudad inmensa en extensión, multicultural y muy étnica, ya que por sus calles lo que predominan son negros y moros, muy bien comunicada por bus, metro y tranvía para recorrerla, y con una temperatura muy agradable para el verano. Me quedo con la Marsella del mar, la marítima, la que gira en torno al mediterráneo.La Marsella del Vieux Port, la de las islas de Frioul y el Castillo de If, la de sus calas y Les Calanques, la que se contempla desde Notre Dame de la Garde y la Marsella de las grandes avenidas comerciales. Una semana en la que han convivido a la perfección el turismo de asfalto, el monumental, con el turismo de costa, ya que no ha habido día en el que no haya remojado mi cuerpo en las cristalinas aguas del Mediterráneo. El plan perfecto, al menos para mí, para disfrutar de las vacaciones, ya que no concibo el verano sin playa, y hacer sólo turismo, con estas calores que padecemos, puede llegar a cansarme.
Me ha gustado Sandrine y su piso made in Ikea. Un apartamento muy cuco, alquilado, en el que hemos convivido esa semana, en un edificio bastante antiguo, por cierto, asentado en un barrio, como la propia ciudad, muy moro y negro. No soy racista, Dios me libre, pero es incómodo a veces convivir en estos enclaves, no por nosotros, sino por la actitud tan cerrada que pueden mostrar a veces, sobre todo los moros, estas comunidades hacia los que no son de su círculo.
De Marsella me traigo unas estampas grabadas en mi retina muy bonitas, también en mi cámara, así como, no podía ser de otra manera, jabones, y unas pastas de anis que, por cierto, aún no hemos abierto.
Tras el disfrute y conocimiento de otras ciudades y culturas, ahora toca volver a la ciudad, poner los pies en el suelo, poner fin a las vacaciones y retomar la rutina que dejé parada a mediados del mes de julio. Dejo atrás unas vacaciones muy bien organizadas en las que las dos escapadas que he realizado han estado bien ubicadas en el tiempo para que no se me hagan, al final, muy largas las vacaciones. Vuelvo con las pilas recargadas y con ganas de hacer cosas, aunque antes debo aterrizar en la oficina, en mi ordenador y en mi correo electrónico,para poner al día la actualidad nazarena. Ha sido un placer compartir mis vacaciones con vosotros y seguiremos en contacto en los quehaceres cotidianos de un periodista local.

martes, 9 de agosto de 2011

Día 27. Fly me to the moon

Como quien no quiere la cosa me acerco cada vez más al final de la primera temporada de Mad Men. Todo un acierto, reiterándome en la primera impresión que me causó y compartí en este diario cuando comencé su visionado. Una serie muy recomendable, especialmente para aquellos que, como servidor, nos dedicamos al mundo de la comunicación, ya que, como recordareis, es una serie que habla sobre una empresa de publicidad en los años 60 americanos en pleno despertar de la carrera política de Kennedy. Sólo me quedan dos capítulo y daré por concluida la primera temporada. Creo,según tengo entendido, que a partir de la segunda el visionado será conjunto con mi esposo quien, en estos momentos, hace lo propio con Modern Family en el salón.
Seguimos en una semana muy calurosa y sofocante. Unos calificativos que definen a la perfección cuando anoche a las 11 y media me asomé a mi balcón y sentí una bofetada de calor similar a la que se siente al mediodía pero en plena noche. Así que esta noche he dormido en el sofá cama de mi salón con el aire acondicionado funcionando. Una solución que no me gusta nada, porque las gargantas lo resienten a la mañana siguiente pero que anoche era necesaria. Prefiero dormir recibiendo el aire fresco que entra en algunas noches de verano por la ventana de mi dormitorio. Claro está, cuando el aire corre algo por la calle.
Hoy me he cortado el pelo. Ya lo adelanté ayer como una medida previa a mi viaje de la semana que viene a Marsella. Espero poder llevarme el portátil,así que si la conexión no falla estaré en contacto con vosotros desde el país vecino. Volviendo a mi corte de pelo, me lo he hecho en la peluquería de caballero( me encanta este término y su concepto) Javier Delgado, en pleno centro de la ciudad, quien se ha convertido hasta la fecha en mi peluquero oficial en Dos Hermanas. Tuve que dejar de buscar a mi Antonio de Lebrón, por razones de comodidad y lejanía, para cambiarlo por Javier, otra filosodía de peluquería masculina, pero que no me está desagradando para nada, ni el resultado ni la forma de ejecución. Me gusta como trabaja.
Esta tarde, Javier, otro Javier, nuestro compañero de viaje, acaba de formalizar la facturación en línea y ya tenemos oficialmente billetes para nuestro viaje a Marsella. Ha pasado este mediodía por casa para recoger una guía sobre la Costa Azul y poder echarle un vistazo como ya se lo he echado yo. Vamos ultimando detalles y las ganas, como los nervios y la inquietud, van en incremento a medida que pasan los días. Ya falta una semana oficialmente, un poco menos, para embarcar rumbo a esta aventura por la provenza francesa que espero sea todo un placer para los sentidos. Deseando que todo vaya bien.
Ahora, antes de partir rumbo a la piscina me pondré un rato a leer. Hoy he estrenado nuevo libro. Los silencios del marmol, la última novela de Juan Adriansens. Una persona que quizás sea más conocido por su faceta de colaborador en tertulias radiofónicas y televisivas, por su carís histriónico, pero que yo descubrí el añó pasado como novelista con La vida extrema y no me desagradó. La novela habla sobre un joven restaurador que viaja a Nápoles para restaurar una conocida y polémica capilla cuyo fundador no está excento de rumores por sus coqueteos con la magia o la alquimia. Ya os iré contando sobre ella, pero para eso tengo que seguir avanzando en su lectura...

lunes, 8 de agosto de 2011

Día 26. Chloe

¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar si crees que tu marido te está engañando? No es una pregunta que lance a título personal, es el lema de la película que acabo de ver en esta sobremesa de lunes. Estoy hablando de Chloe, un psico-thriller erótico, no sé si la definición es la más exacta, protagonizado por mi venerada Julianne Moore, en el que Catherine, el personaje que ella interpreta, se ve envuelta en una trama de celos y engaños que ella misma se ha urdido.
Chatherine, una ginecóloga esposa y madre de un adolescente, se enfrenta a la edad madura con muchas dudas, entre las que cobra especial protagonismo la idea de que su marido la está engañando con sus jóvenes alumnas. Esta incertidumbre, nunca confirmada, la lleva a plantearse contratar a una guapa joven que conoce en los baños de un restaurante para que ponga a prueba a su esposo... Lo que pasa a partir de este momento no se sabe muy bien si es realidad o producto de la fantasía, pero lleva a la ginecóloga a un enredo sexual que al final termina dándole la vuelta a la tortilla...
Con cierto regusto a telefilm de sobremesa, Chloe tiene un toque a películas del estilo Instinto Básico, Acoso o Atracción fatal. dejando las puertas abiertas con un final muy ambiguo, medio resuelto, pero que puede hacer al espectador plantearse ciertas dudas respecto a la historia y sus personajes...
En estos menesteres he ocupado el primer mediodía de esta semana de agosto, la segunda, en la que. parece y se está comprobando, los termómetros no nos van a dar un respiro y las altas temperaturas volverán a ser las protagonistas. Aunque claro, ¿qué podemos esperar si estamos en el mes más caluroso del año por excelencia? Lo anormal es que no hiciera calor.
Quiero aprovechar las líneas de este diario para dar la enhorabuena a mi esposo por el almuerzo que me ha regalado hoy. Se va confirmando día día que me he casado con un buen cocinero. Se supera por platos y lo mismo te hace una lasaña de carne exquisita, como hace una semana, que me prepara un rico arroz con pollo, como ha hecho hoy. Envidio ese don para saber dar a los platos el punto que necesita, algo que no sé si sería yo capaz de hacerlo porque poseo uno de los calificativos menos apropiados para la cocina: la impaciencia.
Falta practicamente una semana para que estemos a punto de embarcar rumbo a Marsella. Los nervios y la expectación se van apoderando de mí por momento y por más que miro las guías de la provenza y la costa azul francesa que me he sacado de la biblioteca, creo que no termino de controlar el viaje, aunque claro, hasta que no estemos allí no podremos concretar los destinos o puntos de interés de la zona hacia los que dirigir nuestros pasos. Cada nuevo vistazo a la guía te descubre un punto nuevo que comienza a brillar y uno comienza a agobiarse con si dará tiempo, sin morirnos del palizón, a acercarse a tantos atractivos turísticos.
Viaje que me recuerda que tengo que pasar por la peluquería antes de partir hacia tierras francesas. Con estos pelos no me puedo pasear por una costa en la que se dejan ver en estos días Hugh Jackman o Kate Moss entre otros.
Estos días de vacaciones, este fin de semana, ha sido muy tranquilo. Mato los días viendo cine o series de tv, leyendo, que creo que es el verano que más estoy leyendo, y preparándome para ser un buen escritor, sigo resumiendo el manual Cómo no escribir una novela que me regalaron los Reyes Magos, avanzando y aprendiendo nuevos pasos interesantes. El siguiente, una vez termine su lectura, buscar un tema o historia que me atraiga y darle forma a los conocimientos adquiridos, aunque eso será otra historia que contar.
El fin de semana lo cerró una merienda-cena en casa de Rosa y Antonio, mientras mi marido se enfrentaba ayer domingo a su última jornada laboral previa a sus vacaciones que ya disfruta. Estaba de paso por la ciudad y su casa la Kiki, una vieja amiga, a la que hacía mucho que no veía y con la que compartí una tarde agradeble en compañía de buenos amigos.Nada mejor para cerrar una semana.

viernes, 5 de agosto de 2011

Día 23. Cuando menos pienso sale el sol

Buenas tardes-noche, querido diario de verano. Hoy al llegar a casa de la playa me he encontrado con una grata sorpresa. La planta que compramos hace unos días en una tienda de decoración con varias semillas de pepino está floreciendo. Me voy un día fuera y me encuentro todo un pepinal en mi balcón. Aunque no cantemos victoria tan pronto, ya que aún no he visto el primer pepino. Entonces sí montaré una fiesta, ya que todos tenemos derecjo a una fiesta, según Ikea.
Pues sí, hoy hemos pasado el día en la playa. José Manuel no entraba a currar en el cine hasta las 10 menos cuarto y nos hemos plantado en Cuesta Maneli para disfrutar de una tranquila jornada de playa algo extraña. Extraña porque hoy la marea estaba especialmente baja. Mi marido dice que eso es cosa de la luna. Un detalle que ha provocado que varios todoterrenos plagados de coquineros tomaran la orilla de la playa con sus artilugios para hacerse con el preciado molusco. No es que me hayan molestado los señores, aunque se notaba su presencia, pero si no hubiesen estado, mucho mejor. Eso sí, ofrecían una original estampa de la playa, tirando de sus rastrillos coquineros de uno a otro lado.
La meteorología tampoco ha estado muy centrada, ya que la jornada comenzó con algunas nubes, que desaparecieron al mediodía dando paso a un sol radiante, pero también a un poco de vientoi de poniente con rachas moderadas. Por la tarde, antes de vernirnos, el cielo volvió a encapotarse. y la estancia en la playa, además de que teníamos que emprender la vuelta, ya no era tan placentera como en otras jornadas playeras.
Por lo demás, el día ha estado marcado por nuestra rutina playera: sol, baños de mar, paseos, algunas cabezaditas, que no se ha dormido bien esta noche, y algo de lectura. Me sumerjo en el meollo de la cuestión, en el nudo de La ignorancia de la sangre, el libro que culmina la tetralogía que el escritor Robert Wilson ha escrito sobre Javier Falcón, un inspector de policía de Sevilla. Muy recomendable a todos los que le guste la novela negra o policiaca, sobre todo el libro que inicia la saga: El ciego de Sevilla, una joyita del género que os recomiendo encarecidamente,
Finalmente ayer, antes de la cita con la natación, me vi una peli. Nada del otro mundo: Salidos de cuenta. Una especie de road movie al estilo de Resacón en las Vegas que me hizo mas llevadera la tarde de agosto en casa. A la película se le va la olla en más de una ocasión y no se la cree ni el director, pero es simpática la controvertida relación entre los dos protagonistas, interpretado, uno de ellos, por Robert Downy Jr. Ahora me toca cenar y creo que me engancharé un rato con Atrapa un millón, el concurso de Carlos Sobero en Antena 3.Me estoy aficionando a los concursos de televisión este verano.

jueves, 4 de agosto de 2011

Día 22. Everybody's somebody´s fool

Buenas y calurosas tardes de un 4 de agosto. Por fin el mes cumple con sus expectativas y hoy la mañana ha amanecido con un calor sofocante y agobiante. Debe ser el levante, el viento, que según mis informaciones pega por las costas gaditanas. Jornada de jueves, última con cita piscinal de la semana, después de dos días marcados por una intensa vida social o de relaciones personales. Vamos por parte. El martes tuvimos invitado para almorzar en villa Pako&Meme. Antonio(Juni o Moon), nuestro testigo de boda y cuñado de cariño. Hacía tiempo que no almorzábamos o comiamos juntos. Creo que desde los tiempos en los que habitábamos en el centro Sevilla, pero antes de ayer fue el día del reencuentro. Su media mitad, otra de las personas imprescindibles en estos encuentros familiares, mi hermana de cariño, trabajaba toda la jornada y no pudo estar presente. Creo, y no me equivoco, que pasamos un encuentro muy agradable, como siempre suele ocurrir cuando nos encontramos, en el que triunfó la lasaña de carne que mi esposo preparó para el evento y que sació los apetitos culinarios del invitado. Una de esas citas que se deben repetir, por la importancia de la persona en mi(nuestras) vida(s) y porque son veladas que siempre salen bien.
Ayer miércoles se repitió la jugada pero en esta ocasión éramos nosotros los invitados, en este caso, a cenar a casa de otro amigo, Javier, el abogado, el que el día 16 se va a convertir en compañero de expedición en Marsella. Había organizado una cena a la francesa en la que no éramos los únicos invitados. Nos acompañaron en la mesa en una también agradable velada: Luisa, una compañera suya de trabajo y nuestra en el club e lectura, Inma, amiga de Javier, todo un personaje, y Rafa y Alex, también pareja y amigos del anfitrión. Nos lo pasamos muy bien hasta pasada la madrugada y nos hartamos de comer en una cena muy peculiar culinariamente. Empezamos con melón relleno de un vino francés para proseguir con una ronda de patés, otra de quesos y unas porciones de kish(creo que se escribe así). De postre, helados, de limón y chocolate y nata. Todo ello aderezado con sidra y hasta una copita de champán. Otra velada para repetir, sobre todo por lo bien que se estaba en la terraza de una casa en plena urbanización de parcelas en el campo entre Sevilla y Carmona.
Las jornadas vividas, incluida la de hoy, ya comienzan a estar marcadas por el viaje a Marsella. Ayer nos compramos un bolso de equipaje de mano, para meterlo en la cabina, y hoy nos hemos traído de la biblioteca unas guías de Marsella y la Costa Azul para ir abriendo boca y enterándonos de lo que allí nos espera.
Tras una vuelta a casa muy placentera, la tarde, supongo, se presentá tranquila. Quizás me vea una peliy luego a nadar un rato. Hoy, para los que quieran, toca partido de waterpolo, pero yo seguiré nadando.

martes, 2 de agosto de 2011

Día 20. Su cuerpo amarillo absorve sin más...

Buenos días de agosto. Un agosto, todo hay que decirlo, que ha comenzado con el pie torcido, ya que las nubes y el viento nos acompañan durante estas primeras jornadas del mes de veraneo por excelencia. Sí sé que te tengo olvidado, pero he pasado unos días sin ganas de contar nada al mundo. No es que haya estado con las pilas a medio cargar, sino que simplemente no tenía ganas o no he hayado el momento para comunicarme con el mundo.
Como decía al principio, comenzamos un nuevo mes dentro e mi periodo vacacional y, aunque aún queda, ya comienza a verse el final. Pero no quiero ser agonía porque aún quedan muchos días por delante y sería injusto que comenzara a quejarme cuando tengo practicamente un mes de vacaciones por delante. Un mes que va a estar marcado o condicionado por nuestra escapada a Marsella, nuestra primera salida internacional, si es que Portugal no cuenta. La verdad es que aún no estoy preparando mucho del viaje, sólo me he interesado por las maletas pequeñas de viaje, de estas que llevas en la cabina del avión para no tener que facturar el equipaje. Tenemos una en casa que nos regalaron en la agencia cuando concertamos nuestro viaje a Fuerteventura, pero necesitamos otra.
Mientras llega el día 16, cuando partamos al país vecino, hemos vuelto a la rutina diaria de la natación. Un nuevo mes que comenzó ayer y en el que se han sumado caras nuevas, entre ellas, la de mi hermano mayor, que se ha animado a nadar. Jornada aparentemente de cambios, ya que nos han cambiado al monitor. A Laura, la chica que nos ha estado instruyendo en el mes de julio lo ha sustituido, muy a su pesar, un chico, Ismael creo, que nos dio bastante caña ayer. Aunque. por lo que pude oir, no va a ser nuestro monitor fijo y puede que Laura vuelva a nosotros. La verdad es que el chico no lo hace nada mal, pero a Laura ya le habíamos cogido cariño, y éste puede mas que el perfeccionamiento. Veremos lo que pasa hoy.
Se me olvidaba, ayer compramos una planta en una tienda nueva de decoración que hemos descubierto en Dos Hermanas. Por dos euros, menos un céntimo, nos hemos traído a casa el que, si todo sale bien, será nuestro primer pepino cultivado. Sí, estamos experimentando con un tiesto con varias semillas, supuestamente de pepino, y tierra, de la que se supone florecerán estos frutos. Que crezcan o no, no te lo puedo asegurar, pero al menos lo vamos a intentar.
Bueno me despido porque hoy tenemos visita para almorzar. Ya os cuento.

viernes, 29 de julio de 2011

Día 16. Barbie debe morir

Buenos días, de nuevo, diario. De vuelta a casa tras cuatro días de desconoxión y sobredosis de playa. Aunque mi cuerpo diga hoy lo contrario, me ha sentado de lujo este parón estival en el que no he hecho practicamente nada. Por eso yo lo llamo desconexión en Doñana. Porque me marcho de acampada al camping del mismo nombre con una de las mejores playas prácticamente virgen de la zona y porque desconecto un poco de la vida en la ciudad. En medio del campo y con una playa al lado me he pasado practicamente todo el día bañándome, tomando algo de sol y leyendo mucho. Estos han sido los tres pilares de estos días de vacaciones, además de disfrutar de la compañía de una de las personas imprescindibles en mi vida para que los días, sean en Dos Hermanas o Doñana tengan sentido: mi marido.
He leído tanto que practicamente llegué a la playa con el libro La mano de Fátima, de Ildefonso Falcones, por la mitad y me lo he terminado en la playa. 350 páginas en tres días. Que se dice pronto, pero es parte de la terapia: tumbarme en aquel paraje perdido de la mano de la multitud, en el que sólo oigo el mar y los pájaros, y sumergirme en la lectura del libro en cuestión. En este caso, una trepidante historia sobre los enfrentamientos entre moriscos y cristianos en la Andalucía de finales del siglo XVI y principios del XVI a través del personaje de Hernando, un morisco que vive en primer plano esta situación, involucrándose en la conservación de los valores y las tradiciones moriscas en una sociedad en la que los cristianos querían barrer con todo. Un claro ejemplo, según el autor, de xenofobia en España.
Por lo demás, la estancia en el camping muy tranquila, nada que ver con los fines de semana. El ambiente entre semana es más familiar y apenas se oyen ruidos indeseables o sonidos molestos. El chip es distinto, en días laborables está gente que va al camping a descansar, a vivir sus vacaciones, suelen ser acampadas de estancia larga y, como decía, mas bien familias. Los fines de semana llegan toda esta patulea de indeseables que se van al camping como el que se va de fiesta, pensando que todo vale, y no es así.
Sólo un pequeño incidente, tampoco nada del otro mundo, ha enturbiado nuestra tranquilidad. Tras instalarnos el lunes en nuestra parcela, al día siguiente al volver de la playa vimos que nos habían desmontado la estructura que separa la parcela del resto y nos habían puesto unos pilares de madera donde antes no los había. Un hecho que nos dejó algo descolocado, ya que las parcelas colindantes estaban vacías, una zona que estaban reformando y pensábamos que nos teníamos que ir de allí. Tras comprobar la ineptitud del personal de recepción que no me supo decir qué estaban haciendo allí y por qué nos habían desmontado la parcela. Tuvimos que esperar hasta la mañana siguiente para que unos operarios, llegados del lejano Hinojos, nos dijeran que lo que estaban es cambiando la dirección de las parcelas.
En fin, que ayer volvimos a una Dos Hermanas muy caliente, muy hot(como diría Nacho Polo), para acudir a nuestra última clase de natación del mes de julio. Un día especial, en el que nadamos menos de lo habitual, ya que había preparada una cena para el final. Detalle del que no teníamos constancia, sobre todo, que cada uno tenía que llevar un plato. Aunque con las manos vacías, nos quedamos a probar los ágapes que habían preparado los compañeros, algunos de ellos delicatessen, sin faltar la repostería, con varias tartas y otros caprichitos. Ah, se me olvidaba, me entregaron una medalla por mis buenos méritos en el agua. En agosto mas.

domingo, 24 de julio de 2011

Día 11. De vodeviles y astracanadas

Domingo de un fin de semana en el que parece que las temperaturas han dado un respiro, aunque tras el descanso, resurgen, poco a poco, pero con fuerza, como es propio de la fecha en la que nos encontramos. Porque es verano, aunque ayer sábado se pudiese caminar por el centro de Sevilla a las 5 de la tarde sin que murieses de una insolación. Y se agradace.
Lo digo por experiencia propia ya que ayer sábado por la tarde, ante cambios laborales o de horario de mi esposo en su trabajo de última hora, nos dimos una vuelta por Sevilla con parada cinematográfica incluida. Debido al poco público que deambula y va al cine un sábado de julio por Sevilla, le dieron la tarde libre y decidimos tomárnosla para hacer cosas que hacíamos cuando viviamos en la capital y teníamos la tarde ociosa. Nos cogimos el Metro a las 4 de la tarde, aunque parecía primavera y no pleno mes de julio, y nos plantamos en el centro de la ciudad, tomada a esas horas por turistas y gente joven, la mayoría, también turista. Primera parada Fnac Sevilla, donde estuvimos curioseando en la zona de cine-discos y luego libros. Segunda parada, Corte Inglés, ya que mi esposo me propuso que si el último trabajo de Fangoria, El paso trascendental del vodevil a la astracanada, la edición especial, estaba de oferta, me lo regalaba. No estaba en el precio que lo habíamos visto por Internet, pero su precio rebajado, en comparación con el original, no estaba nada mal. Así que regalo al canto, según mi esposo, de aniversario de boda. Y para que la tarde fuese completa, se autoregaló el libro Asesinato en el Orian Express, de Agatha Cristie, uno de sus últimos descubrimientos tras la lectura de Diez Negritos.
La tarde la terminamos en una sala de cine viendo en 3D la última entrega de la saga de Harry Potter, Las reliquias de la muerte. Tengo que reconocer que la película está muy bien hecha y me gustó mucho, aunque también debo reconocer que desde la segunda o tercera entrega no había vuelto a ver una peli de este mago tan universalmente famoso, pero enteré de la trama. Lo mejor, la parte técnica, los efectos, el decorado, etc, ya que tiene momentos realmente brillantes. La recomiendo, incluso si no eres un fielmente seguidor de Potter.
Acciones de ayer tarde han tenido repercusión esta mañana de domingo, ya que me la he pasado practicamente visionando Entre bambalinas, un documental de Fangoria sobre el proceso de creación de su recopelatorio de temas de Fangoria, así como las reediciones de los éxitos de Dinarama y Pegamoides. Muy interesante ver cómo se gestó este disco y cómo fue el proceso de creación del mismo, de selección de vestuarios para las fotos de portada y videoclips. Casi tres horas de metraje con momentos muy buenos y que me recordaban en más de una ocasión a las parodias que de este duo musical hacían en Muchachada Nuit.
Y fangoria sigue protagonizando esta tarde de domingo con sus vodeviles y astracanadas, ya que mientras escribo este post suenan de fondo.
No quiero terminar este momento diario sin acordarme de la muerte de Amy Winehouse. Yo lo he bautizado como la crónica de una muerte anunciada, pero sigue siendo una pena, teniendo en cuenta que tenía tan sólo 27 años. Tampoco me quiero olvidar del casi centenar de víctimas mortales en el atentado de Oslo(Noruega) a manos de un desalmado, de esos que se creen que lo saben todo y no saben nada. ¿Qué sabrá él si esas personas merecían morir o no? ¿Quién decide si una persona debe morir o no? Desde luego él no y si yo tuviese esa potestad, desde luego decidiría que perdiera la vida él. Pero no soy quien ni le deseo la muerte a nadie, aunque sea un asesino.

viernes, 22 de julio de 2011

Día 9. Francés para principiantes

Buenos días, querido diario. Ayer hice rabona y no te dediqué unos minutos para contarte cómo iban mis vacaciones, aunque la verdad tampoco pasó ayer jueves nada revelante como para que se pare el mundo. Hasta la fecha las vacaciones están transcurriendo con bastante tranquilidad y al más puro estilo urbanitas, en la ciudad. Pero no te preocupes que para la semana que viene cambiará la cosa, al menos en unos días, ya que nos vamos unos días de acampada, al que yo he dado en llamar mi retiro espiritual: Doñana.
La verdad es que lo necesito, ya que, aunque no me pueda quejar de mi primera semana de vacaciones en la que he hecho lo que me apetecía y cuando me apetecía, centrándome en aquellos aspectos que por trabajo tenía más descuidado, necesito hacer un parón, un corte en mi día a día, y desconectar de la ciudad y del mundanal ruido con unos días en mitad del campo junto a la playa. ¿Para qué aprovecho estos días de retiro en el camping? Para descansar, bañarme, tomar el sol y leer mucho, porque poco más se puede hacer tumbado practicamente todo el día en la playa. Además, como ya he dicho antes, para desconectar de la vida en una casa, sin tele, ordenador y todo lo que conlleve el día a día en la ciudad.
Un parón previo al que será el viaje de este verano a Marsella. Estoy preparándome para ello y si ayer indagaba con Javier, a través de google talk, sobre la ciudad y sus playas, hoy me está dando algunas nociones básicas sobre francés, con esas expresiones que me pueden ser de utilidad en el día a día de la ciudad. "combien ça coute?", ¿cuánto cuesta?, o "Excuse moi Monsieur, je suis perdu", perdone señor pero me he perdido, son algunas de las frases que ya tengo anotada, además de otras guarradas, que también pueden ser básica durante mi estancia, pero que no voy a trascribir aquí.
Esta mañana he vuelto al centro de la ciudad por primera vez desde que estoy de vacaciones. Tenía que ir al Mercadona, ya que mi marido va a preparar para almorzar una lasaña casera, que le sale muy rica, por cierto, y no tenía queso rayado para gratinar. Ya he aprovechado para traer también vinagre de módena, que no teníamos, y algunos postres, entre lacteos y helado.
Aunque el verdadero motivo de mi visita al casco antiguo ha sido Santa Ana, la patrona de Dos Hermanas, quien hoy está en Besamano previo a su salida del próximo día 26 de julio. Nunca he vivido a fondo los cultos a la Santa, pero este año era especial y la curiosidad histórica me ha podido para acercarme a la parroquia del Gran Poder, donde, por primera vez en su historia, Santa Ana estaba expuesta en Besamano, y no en su capilla como tradicionalmente pasa. Algo que es debido a que ambas corporaciones se van a hermanar formalmente esta tarde.
Supongo que ha sido esa sensasión de querer vivir un momento que pasará a la historia para poder decir cuando sea un viejecito: yo estuve cuando el besamano de Santa Ana fue por primera vez en la capilla de Gran Poder, allá por el año 2011.
En fin, lo que hace el aburrimiento...

miércoles, 20 de julio de 2011

Día 7. La Costa Azul nos espera

En la frontera entre el día 7 y 8 de mis vacaciones, y en mi cama, con la ventana abierta y el frescor de la noche entrando por ella, te dedico unos minutos para narrar la crónica de este día de vacaciones. Una jornada organizativa de lo que va a ser el mes de agosto en lo que a planificación de vacaciones se refiere.
La jornada ha comenzado temprano. Anoche dormimos mal y esta mañana hemos madrugado: había que renovar las clases de natación para el mes de agosto y a las 8 tenía a mi hermano llamando por teléfono y a mi hermana llamando a la puerta de casa. Tanto uno como los hijos de la otra se suman a las clases en el próximo mes. Unas sesiones que van a ser de lo más familiares de no ser porque los niños nadan en la hora de antes.
Con el bono ya renovado hemos vuelto a casa para prepararlo todo cara al almuerzo. Teníamos invitado: mi amigo Javier, quien venía a casa a almorzar y a preparar nuestra escapada de vacaciones en agosto. Esta tendrá lugar del 16 al 23 y sera, creo que ya lo puedo decir, a la Costa Azul, a Marsella. Una semanita en Francia surgida de improvisto y por culpa del abogado, quien creo que va a ser un buen cicerone para introducirnos en el pais vecino, sobre todo linguísticamente, ya que controla el idioma al haber estado viviendo allí varios años.
Ya tenemos los billetes de avión comprados y el apartamento reservado, ya que hemos optado por alquilar un apartamento por el precio y por la comodidad de poder entrar y salir cuando queramos sin controles de hora para las comidas, aunque tendremos que ser nosotros los que cocinemos.
No estoy acostumbrado a organizar viajes de esta manera. Nuestra escapada el año pasado a Fuerteventura fue todo por agencia y me pierdo y pone muy nervioso el hecho de buscar vuelos y que estos sean baratos,teniendo en cuenta como fluctuan los precios de uno a otro día. Luego la reserva de un piso que está a no sé cuantos kilómetros y de la que no tenemos que fiar de la profesionalidad de la página web en la que lo hemos contratado. Ya hemos entrado en contacto con la dueña vía mail, bueno, Javier y su francés, y nos ha respondido, ofreciéndose a asesorarnos cara al viaje en todo lo que pueda, sobre todo a la llegada a Marsella y el desplazamiento al piso. Esperemos que todo salga bien.
Con todo este ajetreo nos han dado las 7 de la tarde y nos hemos marchado a nuestra cita diaria con la piscina y la natación. Uno de los mejores momentos de mis jornadas estivales. Creo que me estoy aficionando a la natación: por el bienestar físico que me aporta y por el buen físico que creo me está dejando. Lo más seguro es que en otoño intente hacerme con una plaza en una de las dos piscinas cubiertas de la ciudad. Pero eso será en otoño. Buenas noches y hasta mañana.

martes, 19 de julio de 2011

Día 6. Los Mad Men entran en mi vida

Mad Men. Ya tengo nueva serie para estas vacaciones de verano, tras acabar con Arriba y Abajo y Hung. Mi marido me recomendó Mad Men, una serie que, por su temática, podria despertar mi interés y así ha sido. En la sobremesa de mi sexto día de descanso he abierto la veda de esta serie, muy aclamada en USA, y que me ha cautivado. Mad Men es el nombre que en los años 50 se le daba a los ejecutivos de la Gran Avenida. Una serie que cuenta las peripecias de un grupo de publicistas americanos en la década de los 60: los tópicos sobre el estilo de vida americano creo que van a hacer de esta serie un profundo trabajo de introspección en la América más profunda. El machismo reinante y el papel de la mujer en el mundo laboral son dos de las primeras aristas de esta compleja figura geométrica que han visto la luz en su primer capítulo. Muy satisfecho de este primer acercamiento y espero que en las visualizaciones sucesivas no me defraude, ya que voy a tener para largo con esta serie de cuatro temporadas.
Este ha sido uno de los grandes estrenos en esta jornada atípica de martes en la que no ultimo la edición de un nuevo periódico. Esta mañana, por contra, he estado en la biblioteca de Montequinto, que no pisaba desde su inauguración y una posterior visita para una entrevista a finales del año pasado. Mi marido tenía que devolver Happiness y yo aproveché para echar un vistazo a los libros. Y no me he venido de vacío, ya que, en un mercadillo de libros de segunda mano, me he hecho con un ejemplar de La edad prohibida, de Torcuato Luca de Tenas, que desde siempre me había llamado la atención cada vez que lo había visto en una librería. Reconozco y asumo que por su portada en la que aparecen dos chicos en bañador tumbados sobre el suelo... Pero bueno, soy un lector al que le atraen, en muchas ocasiones, los libros por la portada. Quizá por ello, en mi trabajo, doy tanta importancia ha esa página del periódico que presenta tu trabajo de una semana y que en otros semanarios se desaprovecha en demasiadas ocasiones.
Pero no estoy aquí para hablar de trabajo, eso es harina de otro costal, aquí estamos para hablar de vacaciones y la verdad es que me apetece desconectar. Necesito, de entrada, algunos días de camping, en plena naturaleza, desconectado de la ciudad, mi casa, el sillón, el portatil o toda actividad que se desarrolle en una urbe. Y luego, también me vendría bien una escapada mayor. Aunque en un principio no ibamos a contemplar nada para este verano, puede que la cosa cambie, aunque aún no voy a adelantar nada.
Esta mañana, tras nuestro paso por la biblioteca, nos citamos con mi amigo Javier, el abogado y principal responsable que, de salir bien, salgamos este verano de España. Con él planeamos esta escapada que tendrá lugar del 16 al 23 de agosto y que mañana miércoles ultimaremos con un almuerzo en casa. Pero todo a su tiempo. Que las cosas si se cuentan antes de tiempo luego no salen bien...
Ahora me quiero poner un poco con la lectura, ya que esta mañana no he podido. Mañana tengo que renovar el bono de natación para el mes de agosto, así que creo que me toca madrugar. Hasta entonces, buena tarde de verano.

lunes, 18 de julio de 2011

Día 5. Ay, qué ricos están los donuts

Hoy es lunes, el primero de mis vacaciones sin que tenga que afrontar el cierre de una nueva edición del periódico. No es que haya pensado en esto a lo largo de este día, es mas, acabo de acordarme como un mero recurso para afrontar el inicio de este nuevo post. Eso sí, la deformación profesional existe, ya que estaban grabando una peli en el parking de Sevilla Factory y nos encontramos con una compañera de trabajo de mi esposo y comencé a hacerle una entrevista improvisada sobre el rodaje en la ciudad...
Quinto día de mis vacaciones estivales que se ha venido desarrollando en la tónica de sus predecesores: tranquilo y descansando al máximo. Me he despertado, con algunos leves intentos previos, a las 9 y media de la mañana, una hora que se está convirtiendo en la oficial para el inicio de mis jornadas estivales. Mi marido no estaba en la cama, como algunas mañanas, había salido a correr un poco. Se está tomando bastante en serio lo de ponerse en forma para afrontar el nuevo curso de su ciclo de actividades deportivas. Mientras tanto yo roncaba en la cama, despertándome poco a poco, sin prisa pero sin pausa, como debe despertarse uno cuando está de vacaciones. La lectura de mi libro ha acompañado las primeras horas de esta jornada que han sido muy comerciales, ya que hemos aprovechado la mañana de lunes para ir de compras.
Primera parada: Sevilla Factory. Mi esposo se ha comprado un nuevo bañador para nuestras clases de natación, similar al mío pero en negro, y yo me he comprado en Blanco una nueva camiseta muy chula(al menos para mí), que luce en su frontal la imagen de un conejo pixelado en cuadritos de colores y de otro tejido. Las camisetas de Blanco son mi perdición, por su originalidad y su precio. El resto de compras se han centrado en el hogar: velas olorosas, un ambientador para el ropero, un tupper para nuestros salmorejos y un nuevo delantal de cocina. Este nuevo, color azul mar, viene a sustituir al viejo delantal de cocina que nos ha acompañado en nuestros primeros cinco años de vida en común, tanto en Sevilla como en Dos Hermanas. Toda una institución de nuestra cocina con el que hemos preparado nuestros primeros platos en común.Pero hay que renovarse y siempre es bueno que entre un poco de aire fresco, aunque sea en la cocina.
La segunda parada ha sido Carrefour o Continente, como se siguen aferrando mucha gente en llamar a este hipermercado. Puede pasar todo el tiempo que pase que para la gente de Dos Hermanas será Continente, como el Champion fue siempre el Hiper Valme. Hay cosas que nunca van a cambiar. La compra tampoco ha revestido más misterio: intentar hacernos con provisiones para las comidas de esta semana. Primer menu de la semana: pez espada con patatas al horno, acompañado, por mi parte, por aliño de pimientos con huevo, cortesía de mi madre.
El mediodía está siendo bastante tranquilo, relajante y placentero en alguna ocasión... ejem... He estado terminando la segunda temporada de Hung hasta que se ha presentado mi esposo y me ha traído un super donut de chocolate y se ha quedado ya conmigo...
Ahora aguardamos para partir a nuestra primera clase de natación de la semana. Fuera sopla el viento, hace menos calor y eso se agradece, aunque cuando salga de la piscina, a las 9 de lanoche, no se sí lo voy a agradecer.
Por cierto, la jornada de ayer domingo concluyó con visita familiar: mi hermano, su mujer y mi baby sobrino, José Miguel, pasaron por casa para compartir fotos del niño y pasar un rato en familia que se agradece mucho, sobre todo por ver cómo crece el pequeño de la casa por días. Ah, por cierto, ya sabemos el sexo del próximo Ricardo, será un nuevo niño. Y es que pronto Miguelito tendrá un hermanito y yo un nuevo sobrino, y ya van cuatro.
Voy a leer un rato antes de partir a nadar...

domingo, 17 de julio de 2011

Día 4. Sopla con bastante fuerza

Los domingos son unos de esos días, tanto en invierno como en verano, que si no haces nada especial o no rutinario con tu vida se puede convertir en un día de lo más deprimente. Con esta sensasión comencé esta mañana la primera jornada dominical de mis vacaciones, además de con unas agujetas en la parte trasera de mis piernas y al final de la espalda que aún me duran. Tenía por delante todo un día dominical de verano que llenar y mi cuerpo parecía no tener muchas ganas de hacerlo.
Para ello nada mejor que un buen desayuno en el balcón, como ya es tradición, en una apasible mañana en la que no se escuchaba en la ciudad ni una mosca. Poco a poco mi cuerpo fue animándose, aunque me cueste reconocerlo, poniéndome a recoger la casa. Contra las agujetas o el dolor muscular tras un día de playa marcado por los largos paseos por la orilla del mar, nada mejor que darle vida al cuerpo. Que si recojo la cocina, que si paso la aspiradora por la casa, un poco de polvo fuera de los libros de la estanteria, etc.
Partiditas con la Nintendo DS y todo un clásico, Super Mario, me han llevado a un mediodía marcado de nuevo por la paella. Sobró un poco del almuerzo del viernes y lo hemos aprovechado hoy. Poco a poco y sin darme cuenta esa apatía ha ido desapareciendo y ha sido gracias... entre otras cosas placenteras que no voy a entrar a relatar, a las series de televisión.
Hoy ha sido un día en el que he comenzado a cerrar puertas, serialmente hablando. He terminado de ver el tercer y último capítulo de la primera temporada del remake de Arriba y Abajo. Soberbia la serie, que capacidad para emocionar, que bien dirigida, interpretada y que buena escenografia, vestuario y demás atrezos. Pero me he quedado con ganas de mas. Una serie de esta envergadura y que tan solo tenga tres capítulos es demasiado poco para dejar satisfecho al espectador ante un producto tan exquisito.
Luego, sin tiempo para el descanso, también he retomado el final de la segunda temporada de Hung. La tenía atravesada, tras quedarme colgado en más de una ocasón en la visualización online del octavo capítulo y a falta de tan sólo tres episodios del final. Hoy lo he retomado y ya solo me quedan dos para terminar la temporada y cerrar la puerta, por ahora, de Hung. Otra joya de serie pero en otro estilo que cuenta las peripecias de un maestro de educación física, separado y que atraviesa por una crisis económica entre otras. Este señor descubre que uno de sus principales potenciales para hacer negocios es su miembro viril sobredimensionado, es decir, bastante grande, que lo llevan a convertirse en gigolo u hombre de compañía de señoras adineradas e insatisfechas.
Tras recoger el lavavajillas y tender la ropa,que uno también es amo de su casa, me espera un fin de tarde sin la presencia de mi esposo. Compromisos laborales lo han apartado de mi en esta tarde en la que me acompaña el viento, quien, como si en la costa me encontrase, sopla con bastante fuerza.

sábado, 16 de julio de 2011

Día 3. Dale mas gasolina

Buenas tardes, querido diario de vacaciones. Hoy ha tocado día de playa y vaya diita. Ayer tarde, como estaba previsto, tuve sesión vespertina de cine, más concretamente, de cine de animación infantil, en compañía de mi adorable sobrino. Por fin pudo ver Cars 2, después de semanas y semanas preguntando que cuándo íbamos a ir a verla. Pues ayer fue el día y allá que nos plantamos en Sevilla en Metro y con una temperatura bastante calurosa que nos acompañó hasta que nos metimos en la sala de cine. Reconozco que no he visto la primera parte pero no creo que haga falta para ver la segunda. Técnicamente la peli está bastante bien, sobre todo las animaciones de las ciudades de Londres, Tokio y un pueblo de costa italiano. Lo que me falla, pensando en el público al que va destinado, es el guión, ya que dudo mucho que todos los churumbeles que estaban en la sala 4 de Plaza de Armas viendo la película se enteraran del trasfondo de la trama: esa revelión de los coches antiguos de gasolina contra los coches modernos y los nuevos combustibles. No me enteré ni yo, hasta que no lo explicaron al final. Este pequeño detalle provocó que a la mitad de la peli la mayoría de los niños no sabían que hacer con sus vidas en aquella sala, aunque Gonzalo, mi sobrino, aguantó bastante interesado hasta el final la historia.
Tras una noche bastante calurosa en la que he terminado durmiendo en mi salón, escuchando como la vecina tendía a las 5 de la mañana y como salía uno de los vecinos de enfrente en bici, esta mañana nos hemos levantado temprano para irnos de playa. Hoy sí ha podido ser y al final el cambio de fecha no nos ha venido tan mal. Las cosas nunca pasan por aquí y hoy nos hemos enterado que ayer viernes a las 9 y media un accidente en la A-49 provocó unas retenciones de horas. Un incidente que nos podría haber pillado muy cerca de haber ido a la playa el viernes, por lo que no hay mal que por bien venga.
El día ha sido espléndido en todos los sentidos:ha hecho mucho calor, el agua no estaba tan fría como la semana pasada, estaba muy limpia, y nos lo hemos pasado muy bien, en nuestra tónica, bañándonos, paseando, descansando y leyendo. Gracias a estos ratitos de lectura sigo avanzando con La mano de Fátima, de Ildefonso Falcones, acercándome, como el que no quiere la cosa, a la mitad del libro.
Ahora, ya en casa y duchado, y mientras aguardo que mi marido cumpla con su jornada laboral, voy a prepararme algo para cenar. Creo que tiraré de un poco de salmorejo que sobró ayer, fresquito y reconfortante. Y luego no sé muy bien por donde tiraré, si algo de tele, una peli, una serie de televisión o vageo con el portatil en el sillón. Lo que me pida el cuerpo y ahora lo que me pide es comer. Buenas noches y hasta mañana.

viernes, 15 de julio de 2011

Dia 2. Siempre hay una primera vez para todo

Siempre hay una primera vez para todo. Segundo día de vacaciones y creía que hoy me iba a levantar molido, pero no ha sido para tanto. Aunque hace mucha calor cuando aún no es ni media mañana, el termómetro debe estar disparado en este momento. Ayer jugué mi primer partido de waterpolo. Orgulloso por haberlo logrado y haber dado el callo, a pesar de que a los cinco minutos estaba practicamente agotado. Lo confirmo: los jugadores de waterpolo no están de pié sobre una plataforma sumergida, flotan con el movimiento continuo de sus piernas y eso quema mucho. No estuvo mal la experiencia, pero no creo que la repita y el próximo jueves, cuando en natación se dedica el día a este deporte para quien quiera, yo seguiré con mis largos. Motivo uno, por lo que ya he dicho de lo duro que es este deporte y motivo dos, porque la gente se lo toma como una competición real y piensan que van a ganar el campeonato. Igual que cuando niño me negaba a jugar al fútbol u otro deporte con pelota porque mis compis se lo tomaban como si le fuera la vida en ello y yo, la verdad, no soy el mejor en deportes colectivos. Pues hay cosas que no cambian y tengas 30, 40 o 50 la gente se toma estas prácticas como una pura y dura competición. Paso.
Se suponía que hoy debíamos estar en este momento en la playa, pero cambios en el horario laboral de mi esposo han acabado con nuestros planes. No digo cuando pensamos ir de nuevo no vaya a ser que algún duende malicioso revolotee por este diario e intente hacer de las suyas. Ya no se puede fiar uno ni de su mejor amiga(esto lo ha dicho Rosa Benito).
Así que hoy seguimos en casa, cumpliendo con los rituales de este verano. Esta mañana cuando logré despegar mis ojos del sueño le dediqué unos minutos a la lectura, luego a acurrucarme con mi esposo en la cama y luego a desayunar en el balcón, uno de los escenarios centrales del verano.
Uno de mis propósitos de este verano es rescatar mis inquietudes literarias. Para ello, quiero culminar el libro que empecé este año de Cómo no escribir una novela, bastante útil la verdad, Ayer por la mañana dediqué parte de mi tiempo a pasar a limpio los apuntes que había ido tomando hasta la fecha, para refrescar en mi memoria lo que ya había leído y poder continuar con la lectura. También he rescatado las series de televisión. Ayer vi el segundo de los tres capítulos de la nueva temporada de Arriba y Abajo, un remake de la mítica serie de televisión pero en otra época y con otros personajes. Un capítulo muy emotivo y con el que tuve un buen tiempo las lágrimas sobre mis ojos.
Si ayer fue una rica paella la que aderezó nuestro almuerzo, hoy toca salmorejo: otro de los clásicos estivales en nuestro hogar. El tiempo lo requiere y esta tarde, tarde de cine en familia, concretamente, con mi sobrino, al que llevaré a ver Cars2. Así se queda tranquilo... Por cierto, llama a mi puerta...Es él con su inseparable maquina de videojuegos. Lleva más de un mes preguntándome que cuándo íbamos a ir a ver la peli y hoy ha llegado el día. Al pobre le han puesto unos aparatos en la boca y apenas puede hablar ni comer.
No me lo puedo creer, me está preguntando a mí cómo pasar una fase de Mario Bros, él que es el rey de los videojuegos. Como sé que voy a ser blanco de sus preguntas, me despido de ti hasta mañana. Que pases un buen día de verano...

jueves, 14 de julio de 2011

Día 1. El comienzo del comienzo

Bueno. Llegan las vacaciones de verano y con ella los viejos hábitos. Primer día de descanso estival y como debe ser, como marcan los cánones, no he madrugado, aunque a las siete y media el sonido de una radio despertador y mi esposo levantándose para correr me llavaran a la realidad durante unos minutos, pero volví a caer en el letargo. Ha sido sobre las 9 y media, cuando ha vuelto, mi esposo de su sesión de ejercicio físico, el momento en el que me ido despertando, pero sin prisas.
Primer buen hábito de descanso recuperado: leer un poco en la cama antes de levantarme y mientras mi marido(ya lo he mencionado tres veces en siete líneas) se afeitaba y daba una ducha. ¿Qué leo? Pues tras la clasura del Club de Lectura, terminarme Dime quien soy y leer rápido Las noches salvajes, he comenzado con La mano de Fátima de Ildefonso Falcones. Una novela histórica en pleno siglo XVI sobre los enfrentamientos en Andalucía de moros y cristiano. Un libraco, de dimensiones y contenido, que me va a mantener entretenido buena parte del verano.
Hablando de libros, ayer, aprovechando el descuento del Chequeahorro de Carrefour, más de 10 euros, mi esposo y yo nos dimos un caprichito lector. él optó por La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, y yo por uno de Matilde Asensi, El origen perdido.
Volviendo a los hábitos estivales recuperados en este primer día de vacaciones no podía faltar un clásico que he tenido un poco olvidado durante la primavera: el desayuno en el balcón, escenario desde el que te escribo. Zumo de melocotón con soja y una tostada con mantequilla y mermelada de mora para empezar el día y afrontar todas las horas que me quedan por delante. Tengo la sensación de que tengo mucha energía, todo psicológico, y que tengo que hacer muchas cosas. Otro de los clásicos veraniego: intentar aprovechar al máximo las horas del día para hacer todo aquello que cuando se trabaja no se puede hacer. Una de ellas, mantener más al día este diario de vacaciones, ya que el laboral, el periodístico, no lo he tenido muy cuidado. Enmienda para el próximo otoño.
Lo que queda del día(buena peli) no depara mayor novedad, ya que, tras hacer ayer tarde una buena compra plagada de descuentos, se nos plantea un mediodía más bien tranquilo, aderezado por la paella que vamos a preparar(más mi marido que yo) para almorzar. Luego por la tarde, a retozar las horas de calor y luego a la piscina. Esto es una novedad de este verano: las clases de natación a las que vamos, Meme y yo, de lunes a jueves a las 8 de la tarde. Una buena excusa para dejar el gym por un tiempo, darme un baño resfrecante todos los días y hacer un poco de ejercicio físico en el agua. La verdad es que ha sido una buena decisión y queremos mantenerlo en agosto, ya que no creo que pasemos demasiado tiempo fuera de Sevilla estas holidays.
Eso sí, no podían faltar nuestras escapadas playera y nada mejor para inaugurar la temporada que una escapada mañana viernes. El sábado y domingo mi esposo trabaja, así que mañana es el día perfecto: menos gente, no tenemos piscina, por lo que no perdemos día, y porque nos apetece.
Mañana te cuento.