Buenos días, querido diario. Ayer hice rabona y no te dediqué unos minutos para contarte cómo iban mis vacaciones, aunque la verdad tampoco pasó ayer jueves nada revelante como para que se pare el mundo. Hasta la fecha las vacaciones están transcurriendo con bastante tranquilidad y al más puro estilo urbanitas, en la ciudad. Pero no te preocupes que para la semana que viene cambiará la cosa, al menos en unos días, ya que nos vamos unos días de acampada, al que yo he dado en llamar mi retiro espiritual: Doñana.
La verdad es que lo necesito, ya que, aunque no me pueda quejar de mi primera semana de vacaciones en la que he hecho lo que me apetecía y cuando me apetecía, centrándome en aquellos aspectos que por trabajo tenía más descuidado, necesito hacer un parón, un corte en mi día a día, y desconectar de la ciudad y del mundanal ruido con unos días en mitad del campo junto a la playa. ¿Para qué aprovecho estos días de retiro en el camping? Para descansar, bañarme, tomar el sol y leer mucho, porque poco más se puede hacer tumbado practicamente todo el día en la playa. Además, como ya he dicho antes, para desconectar de la vida en una casa, sin tele, ordenador y todo lo que conlleve el día a día en la ciudad.
Un parón previo al que será el viaje de este verano a Marsella. Estoy preparándome para ello y si ayer indagaba con Javier, a través de google talk, sobre la ciudad y sus playas, hoy me está dando algunas nociones básicas sobre francés, con esas expresiones que me pueden ser de utilidad en el día a día de la ciudad. "combien ça coute?", ¿cuánto cuesta?, o "Excuse moi Monsieur, je suis perdu", perdone señor pero me he perdido, son algunas de las frases que ya tengo anotada, además de otras guarradas, que también pueden ser básica durante mi estancia, pero que no voy a trascribir aquí.
Esta mañana he vuelto al centro de la ciudad por primera vez desde que estoy de vacaciones. Tenía que ir al Mercadona, ya que mi marido va a preparar para almorzar una lasaña casera, que le sale muy rica, por cierto, y no tenía queso rayado para gratinar. Ya he aprovechado para traer también vinagre de módena, que no teníamos, y algunos postres, entre lacteos y helado.
Aunque el verdadero motivo de mi visita al casco antiguo ha sido Santa Ana, la patrona de Dos Hermanas, quien hoy está en Besamano previo a su salida del próximo día 26 de julio. Nunca he vivido a fondo los cultos a la Santa, pero este año era especial y la curiosidad histórica me ha podido para acercarme a la parroquia del Gran Poder, donde, por primera vez en su historia, Santa Ana estaba expuesta en Besamano, y no en su capilla como tradicionalmente pasa. Algo que es debido a que ambas corporaciones se van a hermanar formalmente esta tarde.
Supongo que ha sido esa sensasión de querer vivir un momento que pasará a la historia para poder decir cuando sea un viejecito: yo estuve cuando el besamano de Santa Ana fue por primera vez en la capilla de Gran Poder, allá por el año 2011.
En fin, lo que hace el aburrimiento...
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