Buenas tardes-noche, querido diario de verano. Hoy al llegar a casa de la playa me he encontrado con una grata sorpresa. La planta que compramos hace unos días en una tienda de decoración con varias semillas de pepino está floreciendo. Me voy un día fuera y me encuentro todo un pepinal en mi balcón. Aunque no cantemos victoria tan pronto, ya que aún no he visto el primer pepino. Entonces sí montaré una fiesta, ya que todos tenemos derecjo a una fiesta, según Ikea.
Pues sí, hoy hemos pasado el día en la playa. José Manuel no entraba a currar en el cine hasta las 10 menos cuarto y nos hemos plantado en Cuesta Maneli para disfrutar de una tranquila jornada de playa algo extraña. Extraña porque hoy la marea estaba especialmente baja. Mi marido dice que eso es cosa de la luna. Un detalle que ha provocado que varios todoterrenos plagados de coquineros tomaran la orilla de la playa con sus artilugios para hacerse con el preciado molusco. No es que me hayan molestado los señores, aunque se notaba su presencia, pero si no hubiesen estado, mucho mejor. Eso sí, ofrecían una original estampa de la playa, tirando de sus rastrillos coquineros de uno a otro lado.
La meteorología tampoco ha estado muy centrada, ya que la jornada comenzó con algunas nubes, que desaparecieron al mediodía dando paso a un sol radiante, pero también a un poco de vientoi de poniente con rachas moderadas. Por la tarde, antes de vernirnos, el cielo volvió a encapotarse. y la estancia en la playa, además de que teníamos que emprender la vuelta, ya no era tan placentera como en otras jornadas playeras.
Por lo demás, el día ha estado marcado por nuestra rutina playera: sol, baños de mar, paseos, algunas cabezaditas, que no se ha dormido bien esta noche, y algo de lectura. Me sumerjo en el meollo de la cuestión, en el nudo de La ignorancia de la sangre, el libro que culmina la tetralogía que el escritor Robert Wilson ha escrito sobre Javier Falcón, un inspector de policía de Sevilla. Muy recomendable a todos los que le guste la novela negra o policiaca, sobre todo el libro que inicia la saga: El ciego de Sevilla, una joyita del género que os recomiendo encarecidamente,
Finalmente ayer, antes de la cita con la natación, me vi una peli. Nada del otro mundo: Salidos de cuenta. Una especie de road movie al estilo de Resacón en las Vegas que me hizo mas llevadera la tarde de agosto en casa. A la película se le va la olla en más de una ocasión y no se la cree ni el director, pero es simpática la controvertida relación entre los dos protagonistas, interpretado, uno de ellos, por Robert Downy Jr. Ahora me toca cenar y creo que me engancharé un rato con Atrapa un millón, el concurso de Carlos Sobero en Antena 3.Me estoy aficionando a los concursos de televisión este verano.
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