Diario de las vacaciones (día 1)
Buenos días, hace apenas una hora que me he levantado y en breve partiré, junto a mi marido, para pasar el día en la playita. Creo que aún no tengo al cuerpo hecho a que estoy de vacaciones, a que en mes y medio no me tengo que preocupar por sacar a la calle, semanalmente, una publicación periódica; no tengo que madrugar y puedo hacer con mi vida lo que me venga en gana. Como, por ejemplo, el hecho de que sea un gustazo que un jueves, como hoy, a las 9:51 horas de la mañana, esté aquí tranquilamente sentado en mi balcón y escribiendo en twitter. Aunque, supongo, que no tardará en aparecer esa incómoda sensasión de si estaré aprovechando correctamente mis vacaciones o si estoy perdiendo el tiempo. Pero, ¿las vacaciones están para aprovecharlas o para disfrutarlas? En ese matiz está el quid de la cuestión para tener unas buenas vacaciones y yo espero tenerlas.
Ahora sólo queda llevar a la práctica lo que en la teoría parece tan fácil y que tu mente y la gente que te rodea no para de repetirte hasta la saciedad. Ahora toca desconectar y hacer que la vida durante mes y medio sea como una revista del corazón: bacua y llena de superficialidades, que ya durante el resto del año tendremos tiempo para preocupaciones y aspectos más profundos de la vida. Las obligaciones no cuentan en vacaciones y la única que me voy a medio imponer es la de dedicarte unos minutos al día, a ti, querido diario de vacaciones, para irte manteniendo al tanto de lo que hago con mi vida durante los meses de julio y agosto.
Pero eso, como te acabo de escribir, será unos minutos al día y creo que por hoy el cupo lo he cumplido.
Hasta mañana
Como se nota que llevas lo de escribir corriendo por las venas... Ni en vacaciones vas a dejarlo... Pues te seguiremos en tus andanzas por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan A. Hidalgo.