lunes, 19 de julio de 2010

Día 5 (Ahí te dejo Madrid)


Buenos días, caro diario,

Día 19 de julio y acabo de pasar mi última noche en Madrid, esa gran ciudad con ínfulas de pueblo, que huele bastante mal y en la que la gente, a no ser que se sea de fuera, ni te mira a la cara. Si no, dónde se ha visto que en pleno barrio de Chueca no haya un cruce de miradas, aunque sólo sea en plan saludo visual y sin más pretensiones que esas. Los gays en Madrid, dice mi marido, no ligan por las calles, no flirtean no coquetean, como estamos acostumbrados allá por los lares del sur. Los gays madrilaños parecen estar en otro mundo o galaxia, o cansados de este que nos ha tocado vivir y parecen venir de vuelta de todo.

En fin, que ayer domingo fue una jornada muy cultural en Madrid. Tras despertarnos de una noche en la que pegamos ojo a intervalos y tras un desayuno reparador, nos pusimos en marcha en una ciudad que a esas horas aún despertaba de los fastos de una noche de marcha. Es un placer caminar por Madrid un domingo por la mañana. Nuestro primer destino fue el Museo del Prado, del que nos quedamos con ganas de verlo en nuestra anterior visita a la capital. Eso sí, antes fotos en Gran Vía(uno de los rincones de Madrid que más me impresionan) y por supuesto ante La Cibeles(aunque mi marido se negara a hacérmela, más lindo).

En el Museo del Prado, tras cogerle el truco al planito, invertimos dos horas de nuestra mañana dominical, dando un somero repaso a la pintura española de todos los tiempos, con algunas pinceladas extranjeras, tipo de Tintoreto o Tiziano. Del museo me quedo, además de con los clásicos de Velázquez, con el cuadro de Los Fusilamientos de Goya. A pesar de tratarse de una obra oscura y de tinte trágico, desprende una luz esa pintura que me impresionó.

Tras reponer fuerzas en un buffet libre, de la cadena FresCo, y dormir una gratificante siesta en el albergue, nos marchamos a una nueva cita cultural, en esta ocasión con el cine. Vimos en 3D la última entrega de Shreck en los cines Proyecciones de Fuencarral. Una horita y media entretenida, pero una peli mucho más flojita que sus predecesoras.

Para terminar la jornada, paseito again por Chueca, que la noche previa nos quedamos en estado de shock al ver el portero de una discoteca en suspensorios, nos reafirmamos en que los gays de Madrid no molan, y cena(pa variar) en un Burguer King de la calle Barceló. A las 11:00 ya estábamos en la camita, viendo como entraban y salían nuestros compañeros de habitación. Se fue un californiano y entró a media noche(más oportuno) una mole de procedencia incierta, así como otro querubín, del que tampoco tengo noticias, que nos deleitó con su desnudez en la noche.

Antes de irnos de Madrid, en unas horas cogeremos el bus, queremos comprarnos algún libro, un capricho madrileño como recuerdo de esta visita. Así que volveremos a la zona comercial del centro(calle Preciados) a ver lo que nos encontramos.

La próxima vez que te escriba será desde mi querida y añorada Sevilla.

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