Como canta Concha Buika, aunque ella lo que dice es Jodida pero contenta, me encuentro en estos momentos, mi querido(y olvidado) diario: molido, pero muy contento y feliz por la semanita de vacaciones que he pasado en Fuerteventura. Semana en la que no he podido comunicarme contigo ni con esos curiosos ojos, que haberlos hailos y que sé, me consta, que se asoman a este rincón para saber de mí.No hace ni una hora que ya estoy en casa, tras aterrizar en Sevilla aproximadamente a las 16:50, hora peninsular, y lo primero que he hecho al llegar a casa, además de darle las gracias a mi hermana por conectarnos el aire para cuando llegásemos, ha sido encender el ordenador y mirar mis perfiles en Internet. Curiosamente, había sido etiquetado en unas fotos de mi boda, las penúltimas que salen a la luz, y como quien dice, acabamos de aterrizar de nuestra luna de miel.
Tengo muchas cosas que contarte sobre mi semana, con mi marido, en la isla de Fuerteventura, pero supongo que las anécdotas irán surgiendo a medida que pasen los días, porque en estos momentos no tengo yo las neuronas como para recapitular mucho.
Tras un inicio de viaje accidentado, con un retraso de hora y media, aproximadamente, en nuestro vuelo(porque el vuelo que traía al capitán desde Madrid se había retrasado) despegamos de Sevilla sobre las 7 y media de la tarde. Sólo había volado una vez en mi vida(durante el viaje de fin de curso en el instituto, precisamente a Tenerife) y había olvidado lo que se siente al volar por los aires en un avión. Esa cosquillita, por llamarla de alguna manera, cuando el aparato emprende el vuelo es muy difícil de explicar. Otra de las cosas que ha cambiado desde que no vuelo es que la comida en el avión ya no es gratis o al menos con Air Europa. Cuando viajé de adolescente el catering iba incluido, pero ahora no. Pero bueno, dos euros, y tomando una Coca Cola por los aires.
Llegamos a la isla sobre las 8 y media, hora insular, y nos recibió un extaño y poco habitual cielo nublado, que ya tornaba violeta en busca de la noche. Tras recoger nuestro equipaje, siempre con el miedo(igual que a la vuelta) de que no nos hubiesen perdido una maleta, salimos a la terminal donde nos esperaba una azafata de Soltour para indicarnos que el autobús que nos llevaba al hotel estaba en la puerta... Cansados como estábamos se nos hizo un viaje eterno, aunque también es verdad es que nuestro hotel estaba en el otro extremo de la isla, algo que hasta ese momento no entendimos.
Nos hospedamos en el Iberostar Palace. Un hotel de cuatro estrellas ubicado en la costa de Jandía, que descubriríamos poco a poco. De entrada nos dicen que para la cena es obligatorio el pantalón largo y servidor, como estábamos en verano, no llevaba ninguno. Ya me veía con un pantalón de uniforme del hotel, si uno no se hubiese quedado estupendo con tanto deporte y no me hubiese entrado, que sí me entró, los jeans que me cedió mi marido.
Habitación 5122. Este ha sido nuestro refugio durante la semana de vacaciones en un hotel y una zona de la isla muy familiar, sobre todo familias maduras alemanas, y de parejitas heteros jóvenes y no tan jóvenes. Muy pocos tíos buenos y los que había, la mayoría, lucían todo el día colgados de una chica a su lado como animal de compañía.
Estábamos en el sur de la isla, una zona sobre todo muy hostelera, muy tranquila, y con unas playas de ensueño. Lo que más me ha impresionado es el color turquesa del agua y que ésta es cristalina, además de que no son playas muy masificadas. Lo de que sólo había familias alemanas en el hotel no es una exageración y es que esta parte de la isla es muy alemana hasta el punto de que si cociertas una excursión, como la que hicimos en un catamarán por alta mar, primero te hablan en alemán y luego en español. Me sentía como si estuviera fuera de España y tuviera que pedir por favor que me hablasen en español.
Hemos querido que fuesen unas vacaciones muy tranquilas. La mitad la pasamos en la zona del hotel(piscina por la mañana y playa por la tarde) y la otra mitad con excursiones. Además del paseo en catamarán con baño en altamar incluido, realizamos una visita relámpago a la vecina isla de Lanzarato y nos desplazamos en coche de alquiler a la zona de Corralejo, donde disfrutamos de una de las playas más impresionantes que he visto, en pleno parque dunar de Corralejo. Un desierto del Sahara en plena isla de Fuerteventura con una playa virgen de ensueño. Además, se trata del único punto de encuentro gay de la isla, donde los mariquitas locales y foráneos se dan cita para conocerse y esas cosas que les gusta hacer a los gays en una playa....
Muy importante. En Fuerteventura sopla muy habitualmente el viento, por eso dejó de llamarse la isla de Maxorata. Por este motivo es muy habitual encontrarse en la playa unos corralitos, como lo llaman, que son unas "trincheras" o unos habitáculos redondos que la gente ha hecho con piedras y que se conservan en las playas, para que los bañistas se resguarden del viento. Muy originales y peculiares, donde nos resguardamos durante nuestra estancia en la playa de corralejo.
Si hay que destacar otro detalle de este viaje es el hartón de comer que nos hemos dado en el hotel, con un servicio de cocina, todo hay que decirlo, espléndido. Imaginate, querido diario,un variado buffet para desayuno, almuerzo y cena con todos los tipos de platos, fríos y calientes, que te puedas imaginar... Yo creo que voy a soñar con comida para el resto de mi vida. Así que ahora toca un poco de deporte, porque creo que además de satisfecho y cansado, vengo con algunos kilos de más...
Supongo que se me escapan muchos detalles, que iré recordando poco a poco, como los de nuestra visita a Lanzarote, cargada de connotaciones especiales, al ser donde se rodó parte de la última película de Pedro Almodóvar. Concretamente pasamos por la rotonda, con escultura de César Manrique incluida, donde ocurre una de las escenas más dramaticas de la misma. Un viaje muy cansado, pero durante el que disfrutamos de la belleza de sus pueblecitos blancos y verde y de lo impresionante del parque nacional del Timanfaya. Pero ya seguiremos hablando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario